El verano se asocia a menudo con el deseo de viajar, de explorar nuevos horizontes y de salir de la rutina. Sin embargo, en los meses estivales, siempre me encuentro anhelando las comodidades de mi hogar. No estoy hablando de la rutina diaria, sino de una forma especial de disfrutar del verano en mi precioso pueblo al suroeste de Madrid.
Permíteme contarte por qué.
Mi casa está anclada entre una bonita vegetación y un cielo azul, es mi oasis personal. En lugar de buscar la aventura en lugares lejanos, lo encuentro aquí, en mi propio jardín, rodeada de una vegetación que cambia y florece bajo el sol estival.
La piscina es mi refugio cuando las temperaturas suben, convirtiéndose en el lugar perfecto para relajarme y refrescarme. Es aquí donde el tiempo parece detenerse, permitiéndome vivir el momento sin distracciones. Pero la magia no termina con el ocaso. Las noches de verano en mi pequeño pueblo son incomparables.
El cielo lleno de estrellas, la paz y la tranquilidad en la que te sumerge es difícil de encontrar en otro lugar.
Tenemos un cine de verano al aire libre donde nos reunimos todos los domingos para ver pelis bajo las estrellas. No hay nada que se compare a la sensación de ver una buena película con la brisa de la noche acariciándote el rostro y las estrella brillando en el cielo nocturno.
Mi pueblo está lleno de pequeñas maravillas que llenan cada día de una alegría simple y auténtica. Es un lugar que me ofrece tanto, que en realidad, no siento la necesidad de viajar durante el verano.
Estos días de verano, en lugar de añorar viajes exóticos (que también están muy bien), me encuentro enamorada de mi hogar. No hay aventura más grande que aprender a disfrutar de lugar donde resides, sobre todo si tienes mascotas y no quieres dejar de disfrutar de ellas.
Mi pequeño pueblo me ha enseñado que no siempre tienes que viajar lejos para encontrar la belleza, la alegría y la aventura: a veces, están justo en tu puerta.
Espero que este verano estés donde estés, encuentres tu propio pedacito de paraíso.
Recuerda, la aventura está donde tú la encuentras.
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Que tengas un bonito día estés donde estés.
Un besito,
Eva.
